La variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC).

― Entrenamiento (Capítulo 8) ―

Más allá del pulso; lo que la VFC puede revelarte sobre tu estado de forma y recuperación.

Para determinar la actividad cardíaca y la respuesta del sistema cardiovascular al entrenamiento, es muy común el registro o la medición de la frecuencia cardíaca.

La frecuencia cardíaca nos permite:

  • Conocer la intensidad real del esfuerzo físico.
  • Entrenar de forma más segura.
  • Adaptar el entrenamiento a nuestros objetivos personales.
  • Optimizar los tiempos de recuperación.
  • Evaluar nuestra condición física.
  • ..

Esta información es crucial para controlar y ajustar la intensidad del entrenamiento, pero no es la única que debemos tener en cuenta.

Los latidos cardíacos de una persona no tienen una frecuencia constante, sino que varían en el tiempo; y este aspecto cardíaco se asocia con el concepto de variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC).

La variabilidad de la frecuencia cardíaca es una medida del tiempo que varía entre cada latido del corazón, puesto que entre cada latido y latido no hay el mismo tiempo.

Medir la variabilidad de la frecuencia cardíaca, hoy en día, es sencillo y accesible al poder servirnos de pulsómetros o aplicaciones sencillas que nos van a facilitar la información necesaria.

Para medir la variabilidad de la frecuencia cardíaca, una buena opción es medirla cada mañana, justo al despertar, y en completo estado de reposo.

La variabilidad de la frecuencia cardíaca nos va a aportar una información extra sobre la salud cardiovascular, el rendimiento deportivo y la recuperación.

– Alta VFC = buen estado de recuperación y capacidad para asumir carga de entrenamiento.

-Baja VFC = posible fatiga, estrés o riesgo de sobreentrenamiento.

Más que un número fijo, lo importante es:

  • La tendencia individual (cómo cambia tu VFC día a día).
  • La estabilidad (grandes bajadas indican fatiga o estrés).

Monitorear la VFC nos va a permitir ajustar y optimizar la carga de entrenamiento día a día y prevenir el sobreentrenamiento.

Como aplicación práctica al entrenamiento:

  • Si la VFC está alta, puedes realizar entrenamiento intenso.
  • Si la VFC está baja, considera descanso activo o recuperación. 

Esto se llama entrenamiento regulado, es decir, el entrenamiento se adapta diariamente en función del estado del sistema nervioso autónomo del individuo.

En definitiva, la variabilidad de la frecuencia cardíaca es un reflejo del estado del sistema nervioso autónomo, que nos indica el equilibrio entre el sistema nervioso simpático (estrés, activación) y el sistema nervioso parasimpático (descanso, recuperación).

Medir la variabilidad de la frecuencia cardíaca de forma práctica, nos ayudará en la toma de decisiones inteligentes.

Bibliografía:

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Ernst, G. (2017). Variabilidad de la frecuencia cardíaca—¿más que latidos del corazón? En Fronteras en Salud Pública.

Grässler, B., Thielmann, B., Böckelmann, I., & Hökelmann, A. (2021). Efectos de diferentes intervenciones de entrenamiento en la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la salud cardiovascular y factores de riesgo en adultos jóvenes y de mediana edad: Una revisión sistemática. En Frontiers in Physiology.

Koenig, J., & Thayer, J. F. (2016). Diferencias sexuales en la variabilidad de la frecuencia cardíaca en humanos sanos: Un metaanálisis. En Neuroscience and Biobehavioral Reviews.

Schmitt, L., Regnard, J., & Millet, G. P. (2015). Monitoreo del estado de fatiga con medidas de VFC en atletas de élite: ¿Una vía más allá del RMSSD? Frontiers in Physiology.

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